Thursday, April 21, 2005

Artes & Ensartes por Luis E. Lama
Líos

La muestra de Jorge Eduardo Eielson con motivo del premio otorgado por la Bienal Teknoquímica constituye un hito dentro de las exposiciones locales, ya que han sido muy pocas las oportunidades de ver la obra de uno de nuestros grandes artistas y más aún lograr reunir buena parte de su trayectoria en el campo de las artes visuales, lo que hace que esta sea una exposición de visita absolutamente indispensable.

Eielson, de manera paralela a la poesía, ha transitado por buena parte de las vanguardias del siglo XX. Es posible recordar sus experiencias en el campo conceptual, sus instalaciones y acciones como la que presentara entre nosotros con motivo de su muestra sobre la costa del Perú. Su obra más conocida son los nudos, ataduras que rememoran a los quipus, pero que tienen infinidad de sugerencias en lo que respecta a la forma, al contenido y, ciertamente, a las experiencias perceptuales de cada espectador. Ellos son igualmente enigmáticos y poéticos al margen de cualquier referente sobre nuestro pasado. Sus cuadros tienen un impacto distinto. El trabajo con arena tiene la áspera sensualidad de la textura y en su pintura, los planos de color van configurando una simbología a veces oscura y hermética.

Emilio Tarazona, a cargo de la curadoría, ha tenido la oportunidad de demostrar una brillante capacidad para organizar una muestra particularmente difícil, cuyos resultados se ven redondeados en el espléndido montaje hecho en un espacio particularmente exigente como la galería del ICPNA.

Admito que estos nudos se me hacen un lío cuando intento añadir algo más a todo lo que he escrito sobre ellos sin caer en redundancias. Más importantes son los puntos de vista de Eielson, extraídos de "NU/DO", editado por la Universidad Católica el 2002, al cual considero el mejor libro publicado sobre artista alguno de la Historia del Arte en el país.

1. Sobre su obra: "Entre los malos entendidos causados por la insólita diversificación de mi trabajo (escritura poética y visual, narrativa, teatro, ensayos, pintura, escultura, instalaciones, performance, acciones, poesía vocal, jazz, investigaciones sonoras, estudios arqueológicos, cinema, fotografía, ciencia y filosofía contemporánea, pensamiento oriental), el más frecuente es aquel que revisa la más o menos escasa visibilidad de mi obra, a pesar del largo currículo y las varias décadas de residencia en Italia, que considero mi segunda patria. Es evidente que tal forma de actuar –porque esta es mi naturaleza desde muy joven– puede parecer ante un observador standard como un verdadero manicomio creativo." Lundero, La Industria, 237. Febrero 1998.

2. Sobre artistas, curadores y críticos: Entrevista a Harald Szeemann, mítico curador de "Cuando las actitudes se vuelven formas" (1968) hasta la última Bienal de Venecia: "un verdadero creador de imágenes, comparable a los artistas que él mismo propone" (Beuys, Acconci, Buren, Kounellis, Kosuth, et al.)

J.E. Sus exposiciones podrían ser consideradas como verdaderas obras de arte, puesto que ellas poseen un estilo bien definido, y esto sin hablar de su actualidad y originalidad...

H.S. Bueno, lo importante, sobre todo, es hacer las cosas con amor... Hacer exposiciones es lo opuesto a la crítica de arte, puesto que significa estar de acuerdo con lo que se muestra... Hay también, por cierto, un lado explorativo en cada exposición, que trata de iluminar el mensaje escondido en cada obra, cada documento, cada objeto, y que constituye su propia libertad, su utopía. Lundero, La Industria, 187. Enero 1994.

3. El verdadero artista es un antipático: (Entrevista a Bonito Oliva, padre de la Transvanguardia ochentera): J.E. "...si admitimos que el arte contemporáneo –según tus ideas– no posee ninguna función determinada, como en cambio la tenía en las antiguas civilizaciones, o en las actuales sociedades así llamadas 'primitivas' ¿cuál crees que debería ser el rol central del artista en la sociedad post-industrial de nuestros días?"

B.O. "...En realidad, hoy en día la única función del artista es la de complicar la vida. (Risas)... En mi último libro, Antipatía, creo haber dado una respuesta bastante amplia a esta cuestión." Oiga, 418 (1989).



Caretas, 7 de Abril de 2005